quinta-feira, 8 de julho de 2021

30 - LA FUGA DEL REY

-El 20 de junio de 1791 -siguió contando Massetti-, el acosado monarca, Luis XVI, no pudiendo aguantar más lo que se iba fraguando a su alrededor, huyó junto con su familia del palacio parisino de las Tullerías. Sin embargo, las tropas leales que debían escoltarlo desde determinado punto pensaron que el rey se había arrepentido, porque se cansaron de esperarlo, hasta que decidieron dispersarse... cuando lo que en realidad ocurría, es que el carruaje real llevaba tres horas de retraso.

Al día siguiente, fueron arrestados en Varennes por un oficial del pueblo que reconoció su perfil por el que figuraba en las monedas. Hubo un rato de desconcierto, hasta que comenzaron a llegar afectos a la Revolución. Finalmente, fueron devueltos a París escoltados por la milicia ciudadana, donde permanecieron bajo atenta custodia.

 Los más radicales, los Cordeliers, agitados por Danton, reunieron una inmensa multitud de pura plebe baja en el Campo de Marte, exigiendo que el rey fuera depuesto por intentar fugarse. La Asamblea Municipal ordenó restaurar el orden, la Guardia Nacional, la milicia de burgueses encargada de ello, tiró, primero, al aire, para disolver a los exaltados, pero no lo consiguió. Entonces su comandante ordenó disparar a la multitud y hubo una masacre de más de 50 muertos y muchos heridos, de la que los demagogos, naturalmente, culparon al monarca.

 En Septiembre se votó definitivamente la nueva constitución, Francia se convirtió en una monarquía constitucional, en la que al rey solo le quedaba el poder ejecutivo y el derecho de vetar las leyes aprobadas por la Asamblea Legislativa, que era quien verdaderamente decidía lo que convenía a los franceses. En adelante, las leyes se elaborarían y votarían por sus miembros, elegidos por sufragio censitario, o sea, entre los varones mayores de 25 años que pagasen impuestos al estado.

Influidos por la moda grecorromana, que hacía furor en París, se hablaba mucho de Democracia. Democracia significa, en la práctica política, que todas las perspectivas diferentes pueden expresarse y contrastarse libre y pacíficamente por los representantes del pueblo en el espacio de diálogo del Parlamento, y que la proposición que la mayoría de los votantes consideren la mejor, se convierte en ley para todos. Eso es la Democracia Pluralista, aquella que acepta que se pueda debatir y argumentar racionalmente en paz, respetando cualquier punto de vista, venga la proposición de quien venga, sin discriminación alguna. 

 Pero, como los revolucionarios no se fiaban de los realistas de la Asamblea, que podían desvirtuar o reducir la radicalidad de los nuevos principios revolucionarios que se estaban desarrollando, se votó crear un Comité de Vigilancia contra quienes no estuviesen de acuerdo con ellos en la Convención Nacional, que posteriormente se convertiría en el Comité de Seguridad General.

 La Convención era una asamblea parlamentaria de múltiples tendencias y partidos encuadrados en el Nuevo Orden, que se pasaban el tiempo compitiendo entre ellos y denostándose con la mayor ferocidad, hasta que los más radicales acabaron silenciando y devorando a los más moderados. 

 Aunque casi todos los diputados se consideraban revolucionarios (pero cada uno visualizando un tipo de estructuración democrática, más radical o más moderado, que superase el absolutismo anterior), los Jacobinos y los Cordeliers se arrogaban el monopolio de la virtuosa superioridad moral y del pensamiento políticamente correcto. "Nosotros expresamos y defendemos el puro sentir del pueblo". Aunque ellos no lo llamaban así, algunos pensamos que había nacido el Fundamentalismo Democrático, que acabó con la Democracia Pluralista.-

-¿Y qué significa Fundamentalismo? -Preguntó Sofía.-

-Fundamentalismo -explicó Gaspare-,es una palabra que viene del ámbito religioso, teológico, y más concretamente, del protestante, que estableció que no se podía interpretar el Cristianismo sino yendo al fundamento, es decir, a la Biblia, al dogma escrito hace casi dos mil años o incluso antes, que suponía la única verdad fundamental y válida. Los musulmanes también tienen sus fundamentalistas: hay que seguir al pie de la letra lo que diga el Corán, aunque estemos en el Siglo Diecinueve y lo que allí se estableció como revelación divina, partía de una mentalidad tribal del Siglo Sexto. 

De la misma manera, la Revolución tenía su fundamento en los Derechos del Hombre y el Ciudadano, que eran indiscutibles para todos ellos, dogma ideológico. En lo que diferían las distintas tendencias era en su interpretación.

Cualquier representante que no pensaba como lo hacían las tendencias revolucionarias más radicales, por ser más moderado o conservador, acababa por recibir en público, como una violenta bofetada, el calificativo más denigrante en aquel momento: "realista", "reaccionario" o, incluso "blanco", lo cual, aunque normalmente era exageración o venenosa calumnia, resultaba peligrosísimo para él, porque aquella etiqueta lo señalaba como próximo al absolutismo pre-revolucionario del viejo régimen, lo circundaba de un cordón sanitario del que desertaban sus partidarios y apoyadores más cobardes y lo acallaba, por miedo a ser inscrito en la lista negra de los marcados para el linchamiento por parte de las turbas, lo cual era una amenaza muy real y en crecimiento. 

 La Revolución se enorgullecía de haber instaurado la libertad de expresión, pero aquel radicalismo agresivo acabó provocando que las personas no se atreviesen a expresar abiertamente sus opiniones, salvo cuando se encontraban entre quienes pensaban igual que ellas. El radicalismo hace imposible el contraste dialogante, pacífico y civilizado de los diferentes, justo lo que definía a la democracia real o pluralista.-

-¿Es todo ésto muy complicado para su comprensión, amigos? -Preguntó Masetti para los Sitge, ya que estaba con miedo de aburrirlos.

-No es tan complicado, no -respondió la señora Sitge- ...Parece lo mismo que aquí. En este pueblo todos somos católicos, pero hay los católicos que no lo parecen mucho, o nada, y hay los que son más papistas que el papa.-

-Sí, dijo Telmo- y la mayoría mantienen una actitud moderada, pero los que consiguen más atención son los que se montan sobre el extremismo y el grito.-

-Y, los peores de ellos, los que viven criticando, delatando y denunciando.- Añadió el señor Sitge.- Aunque la Inquisición ya no es lo que fue en el pasado.-

-Bien, pues con la Revolución Francesa, para decirlo de manera muy simplificada, sucedió algo parecido. -dijo Gaspare- crearon una Inquisición Revolucionaria que se dedicó a eliminar a los representantes claros del régimen anterior, luego a los acusados de contrarevolucionarios, luego a quienes, de entre ellos no pensaban lo mismo que los radicales, luego a los radicales más moderados y, por último, los radicales más radicales se devoraron entre ellos.


CONTINÚA MAÑANA.


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