-El 20 de junio de 1791 -siguió contando Massetti-, el acosado monarca, Luis XVI, no pudiendo aguantar más lo que se iba fraguando a su alrededor, huyó junto con su familia del palacio parisino de las Tullerías. Sin embargo, las tropas leales que debían escoltarlo desde determinado punto pensaron que el rey se había arrepentido, porque se cansaron de esperarlo, hasta que decidieron dispersarse... cuando lo que en realidad ocurría, es que el carruaje real llevaba tres horas de retraso.
Al día siguiente, fueron arrestados en Varennes por un oficial del
pueblo que reconoció su perfil por el que figuraba en las monedas. Hubo un rato
de desconcierto, hasta que comenzaron a llegar afectos a la Revolución.
Finalmente, fueron devueltos a París escoltados por la milicia ciudadana, donde
permanecieron bajo atenta custodia.
Influidos por la moda grecorromana, que hacía furor en París, se hablaba mucho de Democracia. Democracia significa, en la práctica política,
que todas las perspectivas diferentes pueden expresarse y contrastarse libre y
pacíficamente por los representantes del pueblo en el espacio de diálogo del Parlamento, y que la
proposición que la mayoría de los votantes consideren la mejor, se convierte en
ley para todos. Eso es la Democracia Pluralista, aquella que acepta que se pueda debatir y argumentar racionalmente en paz, respetando cualquier punto de vista, venga la proposición de quien venga, sin discriminación alguna.
-¿Y qué significa Fundamentalismo? -Preguntó Sofía.-
-Fundamentalismo -explicó Gaspare-,es una palabra que viene del ámbito religioso, teológico, y más concretamente, del protestante, que estableció que no se podía interpretar el Cristianismo sino yendo al fundamento, es decir, a la Biblia, al dogma escrito hace casi dos mil años o incluso antes, que suponía la única verdad fundamental y válida. Los musulmanes también tienen sus fundamentalistas: hay que seguir al pie de la letra lo que diga el Corán, aunque estemos en el Siglo Diecinueve y lo que allí se estableció como revelación divina, partía de una mentalidad tribal del Siglo Sexto.
De la misma manera, la Revolución tenía su fundamento en los Derechos del Hombre y el Ciudadano, que eran indiscutibles para todos ellos, dogma ideológico. En lo que diferían las distintas tendencias era en su interpretación.
Cualquier representante que no pensaba como lo hacían las tendencias revolucionarias más radicales, por ser más moderado o
conservador, acababa por recibir en público, como una violenta bofetada, el calificativo
más denigrante en aquel momento: "realista", "reaccionario"
o, incluso "blanco", lo cual, aunque normalmente era exageración o venenosa
calumnia, resultaba peligrosísimo para él, porque aquella etiqueta lo señalaba
como próximo al absolutismo pre-revolucionario del viejo régimen, lo circundaba de un cordón sanitario del que desertaban sus partidarios y apoyadores más cobardes y lo acallaba, por miedo a ser
inscrito en la lista negra de los marcados para el linchamiento por parte de las turbas, lo cual era una amenaza muy real y en crecimiento.
-¿Es todo ésto muy complicado para su comprensión, amigos? -Preguntó Masetti para los Sitge, ya que estaba con miedo de aburrirlos.
-No es tan complicado, no -respondió la señora Sitge- ...Parece lo mismo que aquí. En este pueblo todos somos católicos, pero hay los católicos que no lo parecen mucho, o nada, y hay los que son más papistas que el papa.-
-Sí, dijo Telmo- y la mayoría mantienen una actitud moderada, pero los que consiguen más atención son los que se montan sobre el extremismo y el grito.-
-Y, los peores de ellos, los que viven criticando, delatando y denunciando.- Añadió el señor Sitge.- Aunque la Inquisición ya no es lo que fue en el pasado.-
-Bien, pues con la Revolución Francesa, para decirlo de manera muy simplificada, sucedió algo parecido. -dijo Gaspare- crearon una Inquisición Revolucionaria que se dedicó a eliminar a los representantes claros del régimen anterior, luego a los acusados de contrarevolucionarios, luego a quienes, de entre ellos no pensaban lo mismo que los radicales, luego a los radicales más moderados y, por último, los radicales más radicales se devoraron entre ellos.
CONTINÚA MAÑANA.
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